Los trabajadores de la construcción están expuestos a muchos peligros cada día. Para evitar lesiones, suelen llevar ropa de protección, como cascos, chalecos de alta visibilidad, guantes y calzado de seguridad. Sin embargo, a menudo se descuida un aspecto importante: el polvo. No hay que subestimar los riesgos del polvo para la salud. Especialmente en áreas como los trabajos de demolición y construcción, los vertederos, las plantas de reciclaje o los puertos, el polvo es un problema importante. Las partículas suspendidas en el aire pueden inhalarse y, a largo plazo, provocar enfermedades graves como cáncer de pulmón, bronquitis crónica y fibrosis pulmonar. Además de estas drásticas consecuencias para la salud, no son infrecuentes las irritaciones cutáneas y oculares.